A comienzos de 2021, tuve una reunión con Carles, técnico del Projecte Trèvol. No lo conocía. Me lo había presentado mi amigo Jordi Mollà. La idea que le sugerí constaba en que me dieran permiso para entrar al Mundo Trèvol, y que las personas con discapacidad también me lo dieran, para realizar un proyecto fotográfico que tenía en mente. En aquella reunión le expliqué a Carles cuales eran mis intenciones, y parece que la idea le interesó. Semanas después me convocó a una reunión con Amelia, la directora, y dónde también estaba Carles. Adelante. Me dijeron.

Para fotografiar a cualquier persona en su entorno, el primer paso es hacerte invisible, en el sentido fotográfico de la palabra, está claro. Había que ir constantemente allá donde celebraran sus actividades para ser uno más del grupo. Al cabo de pocas semanas, pienso, el objetivo se había conseguido. Era uno más del colectivo y mi presencia con la cámara pasaba desapercibida. Ahora ya podía empezar a fotografiar a la gente.

Muchas sesiones en el Centro de Formación de Albaida, pero también acompañándolas a excursiones, actividades fuera del Centro de Albaida, tiempo de ocio, de actividades teatrales, etc.