TRÈVOL - TALLER EXPERIMENTAL DE FOTOGRAFIA


Fotografías catálogo

Autoretrato y autodescubrimento

Si el retrato fotográfico es la conexión más directa con nuestra identidad, y así se intenta reflejar en el capítulo ‘El retrat del Trèvol’, el objetivo de este taller experimental de fotografía que a continuación se muestra, es que las personas con discapacidad se autodescubran mediante la técnica del retrato fotográfico. Unos retratos que se hicieron miembros del Trèvol, los unos a los otros… Ellas y ellos, y su entorno. No hacía falta una cámara fotográfica específica ni especializada. Empleamos cámaras, teléfonos inteligentes, tabletas electrónicas, etc. Cualquier dispositivo que fuera capaz de registrar una imagen.

Estas imágenes las usamos en un taller de fotografía experimental utilizando técnicas antiguas de la fotografía química. Unas técnicas que he investigado desde hace muchos años. Concretamente, usamos la llamada Cianotipia. Esta es alguna de las numerosas técnicas que se usaban en el movimiento estético fotográfico denominado Fotografía Pictorialista, que estuvo vigente en la segunda mitad del siglo XIX y que nos regaló extraordinarias imágenes de fantásticos profesionales de la fotografía, como es el caso de los internacionales Julia Margaret Cameron, Alfred Stieglitz, Robert Demachy, Alvin Langdon Coburn, Clarence H. White, Peter Henry Emerson, Henry Peach Robinson, etc., y de algunos fotógrafos de la península, como Joaquim Pla Janini, de Tarragona; José Ortiz Echagüe, de Madrid, y el alcoyano Paco Mora Carbonell.

Este movimiento estético encontró su declive cuando aparecieron las nuevas vanguardias estéticas y artísticas en el periodo de Entreguerras.

Son procedimientos químicos y artesanales muy sencillos de realizar por todo el mundo, también por los componentes de Trèvol. Una vez se habían fotografiado entre ellas y ellos, tenían que ser ellos mismos los que se revelaran, o mejor dicho, se autorrevelaran. El primer paso consistía en emulsionar un papel de dibujo con unos productos químicos, después secar los papeles y exponerlos al sol con unos negativos fabricados expresamente.
Una vez en el aula, y con cubetas con agua corriente, cada cual se revelaba, se descubría. Se hizo el proceso completo, desde el acto fotográfico, hasta verse reflejados en un papel. Una sensación difícil de describir e inolvidable para las actrices y actores allí presentes, pero también para el equipo técnico.

La semana siguiente de realizar el taller, Carles Cerdà y yo mismo, hicimos un documental/entrevista a la gente que participó en el taller. Se respiraba emoción por la experiencia, y así nos lo hicieron saber.

Si quieres conocer los detalles del libro/catálogo que se ha editado sobre este proyecto pincha en este enlace.